Nada que contar
Otra vez, sentada mirando la pantalla de la computadora. Con mil cosas en la cabeza y nada lo suficientemente distinto para contar. Sólo esa necesidad de dejar fluir las palabras por los dedos.
Te extraño. Te pienso. Escucho tu voz diciendo eso que me gusta y no me gusta escuchar. Es difícil estar en el límite, llegar a la bifurcación y no saber si seguir el camino corto o el camino largo.
¿Será que tienes idea de lo que significas? ¿Te darás cuenta de todo lo que haría por ti? Siento que no tienes ni la más remota idea. Ya se, tal vez no te importa, igual y todo es nada para ti.
Sólo quisiera encontrar el camino, el motor de este abrir los ojos día con día, de mirarte al espejo y observar, observarte.
No hay razón para detenerse, no se si hay para seguir.