Se me acaban las palabras
Después de algunos días de no aparecer por aquí por fin vuelvo, honestamente sin saber qué decir, pero con ganas de escribir y escribir hasta que se me entuman las manos. Y es que creo que ahora paso por uno de esos momentos en la vida en lo que deberías decir tantas cosas pero que no lo haces por qué ni tu mismo entiendes con claridad las letras que forman palabras y que hacen eco resonante en tu cabeza. Posiblemente este sea uno de los posts más bizarros que jamás hayan leído o puedan leer, no tiene la estructura correcta ni habla en las personas gramaticales indicadas (para aquellos que ya hayan llevado análisis), pero como la mayoría de mis posts no sufrió ningún tipo de edición y fue plasmado tal y como las ideas fueron tocando mis fibras nerviosas.
No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, ya sólo queda un mes de vacaciones y es como si apenas llevara unos días en casa. Empieza la melancolía y la depresión pre-partida, aunque honestamente prefiero no pensar en eso y tratar de aprovechar cada instante que puedo estar cerca de la gente que amo.
Han pasado tantas cosas, mi cabeza sigue dando vueltas mientras intento unir poco a poco cada una de las piezas que forman mi vida. Creo que después de todo no es broma eso de mi personalidad bipolar: hoy estoy feliz, mañana quién sabe; ahora sé que quiero, al rato te vuelvo a extrañar. Y es que creo que a veces no soy sólo yo, tal vez todos tenemos algo de esa doble faceta, pero siempre una es más fuerte que la otra y no permite que esta salga a la luz tan fácilmente. Siempre es más fácil ocultarse tras eso que quisieramos ser, detrás de ese alguien que queremos que los demás cren que somos, pero tarde o temprano algo nos delata y la magia ya no es tanta, aprendes a vivir con eso, descubriendo el verdadero yo y lidiando día a día para que no se salga de control.
Y es que vas creciendo, y te vas dando cuenta de cosas que antes no veías. Ahora es cuando te preguntas si siempre han sido así o si el tiempo ha hecho que cambien y se adapten a las nuevas circunstancias, tal vez realmente nunca lo sabrás. La gente cambia con el tiempo, también sus actitudes y sus miedos y es tal vez esto último lo que más nos hace cambiar, lo que nos hace transformarnos en alguien más... ¿realmente estás viviendo tu vida? ¿o eres sólo un cuerpo con una vida que no estás seguro que te pertenezca?
Un instante quisieras detener el tiempo y hacer un recuento de los daños que has causado, de esos que otros han causado en ti y tal vez sin querer metes el dedo en la yaga, esa que creíste sanada y que hoy que duele te das cuenta de que no es así. Y no es que lo que hagas esté mal o que los otros no te rindan pleitesía, pero a veces el reconocimiento llega tarde, casi siempre demasiado. Pero ya no queda nada, sólo creer en ti y saber que eso que haces está bien hecho y que sólo es por ti, por que a ti te llena y te hace feliz, por que de ahí depende el futuro de los tuyos y el de nadie más.
Y luego viene la culpa, no estás seguro de que los otros estén mal. La verdad ya qué más da, no vives para los otros, eso no es felicidad. Felicidad: todo aquello que te provoca sonrisas.
Sin entender el por qué, sino preguntando el cómo.
Y de pronto quisiera que desaparecieras para dejar de pensar en ti. Y luego quisiera que vinieras y me hicieras sentir feliz. Cuando no estás cerca creo que olvidé la adicción, pero apenas llegas y se que no es más que una absurda ilusión. ¿No te enamoraste de mi sino de ti cuando estás conmigo?... Necesito estar lejos para entender la situación, pero cuando parece estar bajo control de nuevo se cambia el rumbo sin detenerse un segundo. Hay algo que me hace pensar, pero no es tan fácil olvidar...
Y que nadie te diga cuánto vale tu trabajo, si tu le pones un precio y la otra parte lo acepta se compromete a pagarlo. No digas "ay, pues no importa", "ya ni modo". Sólo un poco de respeto, ni gota de admiración.
Después de algunos días de no aparecer por aquí por fin vuelvo, honestamente sin saber qué decir, pero con ganas de escribir y escribir hasta que se me entuman las manos. Y es que creo que ahora paso por uno de esos momentos en la vida en lo que deberías decir tantas cosas pero que no lo haces por qué ni tu mismo entiendes con claridad las letras que forman palabras y que hacen eco resonante en tu cabeza. Posiblemente este sea uno de los posts más bizarros que jamás hayan leído o puedan leer, no tiene la estructura correcta ni habla en las personas gramaticales indicadas (para aquellos que ya hayan llevado análisis), pero como la mayoría de mis posts no sufrió ningún tipo de edición y fue plasmado tal y como las ideas fueron tocando mis fibras nerviosas.
No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, ya sólo queda un mes de vacaciones y es como si apenas llevara unos días en casa. Empieza la melancolía y la depresión pre-partida, aunque honestamente prefiero no pensar en eso y tratar de aprovechar cada instante que puedo estar cerca de la gente que amo.
Han pasado tantas cosas, mi cabeza sigue dando vueltas mientras intento unir poco a poco cada una de las piezas que forman mi vida. Creo que después de todo no es broma eso de mi personalidad bipolar: hoy estoy feliz, mañana quién sabe; ahora sé que quiero, al rato te vuelvo a extrañar. Y es que creo que a veces no soy sólo yo, tal vez todos tenemos algo de esa doble faceta, pero siempre una es más fuerte que la otra y no permite que esta salga a la luz tan fácilmente. Siempre es más fácil ocultarse tras eso que quisieramos ser, detrás de ese alguien que queremos que los demás cren que somos, pero tarde o temprano algo nos delata y la magia ya no es tanta, aprendes a vivir con eso, descubriendo el verdadero yo y lidiando día a día para que no se salga de control.
Y es que vas creciendo, y te vas dando cuenta de cosas que antes no veías. Ahora es cuando te preguntas si siempre han sido así o si el tiempo ha hecho que cambien y se adapten a las nuevas circunstancias, tal vez realmente nunca lo sabrás. La gente cambia con el tiempo, también sus actitudes y sus miedos y es tal vez esto último lo que más nos hace cambiar, lo que nos hace transformarnos en alguien más... ¿realmente estás viviendo tu vida? ¿o eres sólo un cuerpo con una vida que no estás seguro que te pertenezca?
Un instante quisieras detener el tiempo y hacer un recuento de los daños que has causado, de esos que otros han causado en ti y tal vez sin querer metes el dedo en la yaga, esa que creíste sanada y que hoy que duele te das cuenta de que no es así. Y no es que lo que hagas esté mal o que los otros no te rindan pleitesía, pero a veces el reconocimiento llega tarde, casi siempre demasiado. Pero ya no queda nada, sólo creer en ti y saber que eso que haces está bien hecho y que sólo es por ti, por que a ti te llena y te hace feliz, por que de ahí depende el futuro de los tuyos y el de nadie más.
Y luego viene la culpa, no estás seguro de que los otros estén mal. La verdad ya qué más da, no vives para los otros, eso no es felicidad. Felicidad: todo aquello que te provoca sonrisas.
Sin entender el por qué, sino preguntando el cómo.
Y de pronto quisiera que desaparecieras para dejar de pensar en ti. Y luego quisiera que vinieras y me hicieras sentir feliz. Cuando no estás cerca creo que olvidé la adicción, pero apenas llegas y se que no es más que una absurda ilusión. ¿No te enamoraste de mi sino de ti cuando estás conmigo?... Necesito estar lejos para entender la situación, pero cuando parece estar bajo control de nuevo se cambia el rumbo sin detenerse un segundo. Hay algo que me hace pensar, pero no es tan fácil olvidar...
Y que nadie te diga cuánto vale tu trabajo, si tu le pones un precio y la otra parte lo acepta se compromete a pagarlo. No digas "ay, pues no importa", "ya ni modo". Sólo un poco de respeto, ni gota de admiración.