¿Quién te dijo que te fuiste?
Si uno no está donde el cuerpo sino donde más lo extrañan...

No se si es el clima o simplemente el mood del día de hoy. De pronto encendí la computadora y como si no tuviera proyecto de electrónica decidí escribir algo, lo que saliera, lo que me permitiera sentirme un poco mejor conmigo misma.

Si cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo...

Como todas las veces iTunes tiene el tino más preciso para poner la música menos adecuada para el momento. Esas canciones que nunca se ponen, sólo cuando no deberían.

Y es verdad que estas semanas no han sido precisamente las mejores, más bien dicho creo que pueden entrar dentro de la categoría de esas que pasan, a las que preferirías haber saltado en la bitácora. Desde las amigas, los chistes, el tiempo, las risas, las conversaciones, obvio sin olvidar la escuela y la velocidad de las presentaciones. La rapidez con la que el lápiz debe pasar sobre la hoja, los dedos sobre el teclado, los pies sobre el pasillo.

No habrá otra no habrá nadie, estás aquí... y así será...

Y aunque parezca que lo has olvidado, siempre tiene el tino adecuado para decirte que no es así, que sigue ahí y que por más que lo intentes nunca te dejará. Puedes ponerte de cabeza y no saldrá... ¿nunca? Pero no entiendo qué falta, yo creería que nada, lo que tengo es suficiente, necesario y suficiente. Dormir, despertar, caminar, vivir, sentir, olvidar... siempre olvidar.

Y me dices por qué la vida es tan cruel con los sentimientos

Debes escuchar, respirar, esperar... esperar a que suceda. Eso que todavía no estás seguro qué es... tal vez ni siquiera es algo. Simplemente desvaríe. Yo también quiero un manual.

No... no me digas que no, no.

Nunca creí tener esa sensación de soledad en un salón lleno de gente. De gente que no conozco, que sí he visto pero que nunca he pronunciado su nombre. El ruido es simple bullicio inverosímil. Se siente esa presión en el pecho que sólo se siente cuando el stress es demasiado o no entiendes qué es lo que sucede contigo. Quisiera tirarme en la cama y olvidarme de todo, de todos... pero no creo que valga la pena, al final del día siempre regresará el sentimiento.

No se, no entiendo qué dije, qué pasa, qué salió de mis manos desde hace casi quince minutos. Desconecté la cabeza y dejé hablar al corazón. Lo que fue no lo se, tal vez nunca lo entienda.