A closer approach
You think you know... but you have no idea
About Me
- Name: * Sandy *
- Location: Monterrey, Nuevo León, Mexico
Solo un ente más en ese infinito espacio al que llamamos Universo... aunque no uno como cualquiera, más bien diría yo uno como el que nadie nunca quisiera ser.
Saturday, August 26, 2006
Wednesday, August 23, 2006
Acabo de ver al hombre con el que me quiero casar
"Espero que un día alguien pueda decir eso de mí". Y creo que muy en el fondo es lo que todos esperamos. Ser o encontrar al hombre perfecto, según sea el caso.
Dicen que cada persona tiene un alma gemela, el problema está en saber cuál es, dónde está y cómo encontrarla. ¿Qué tal si está en otro país u otro continente? ¿O en otro espacio-tiempo? Ahí las cosas ya no son tan divertidas.
"¿Y qué es lo que te gusta de él, su físico o todo? Digo... por que no es como muy guapo que digamos." "Todo, todo" "Woa..." Creo que es algo que simplemente se siente, no se, hasta puedes idealizarte con esa otra persona y parece que tu vida es perfecta en ese instante. Después de verlo un par de segundos comienzas a reír como tonto y sientes como si flotaras en una nube. Buscas cualquier pretexto para verlo, un cruce de miradas es mucho más que suficiente. Te das por satisfecho con que de se cuenta de tu existencia, por que nunca podrás tener nada más, absolutamente nada.
"Algo malo debe tener, alguna cosa asquerosa... su sonrisa de..." Eso precisamente, su sonrisa: perfecta. Los intereses perfectos. El porte perfecto. La ropa perfecta. La vida perfecta.
"Es que es como si me gustara Noel, el de Sin Bandera" "No, no es igual... por que a él sí lo tienes cerca". Aunque en el fondo sepas que simplemente es una fantasía, es un poco de ambrosía que te alimenta día a día. Son como esas cosas que imaginas cuando eres niño: la persona perfecta con la que formarás la familia más feliz del universo... Y luego caes de vuelta a la realidad.
Y no es que lo que tengas no te satisfaga, pero no importa qué tan bien esté tu vida, siempre hay algo más qué desear...
"Espero que un día alguien pueda decir eso de mí". Y creo que muy en el fondo es lo que todos esperamos. Ser o encontrar al hombre perfecto, según sea el caso.
Dicen que cada persona tiene un alma gemela, el problema está en saber cuál es, dónde está y cómo encontrarla. ¿Qué tal si está en otro país u otro continente? ¿O en otro espacio-tiempo? Ahí las cosas ya no son tan divertidas.
"¿Y qué es lo que te gusta de él, su físico o todo? Digo... por que no es como muy guapo que digamos." "Todo, todo" "Woa..." Creo que es algo que simplemente se siente, no se, hasta puedes idealizarte con esa otra persona y parece que tu vida es perfecta en ese instante. Después de verlo un par de segundos comienzas a reír como tonto y sientes como si flotaras en una nube. Buscas cualquier pretexto para verlo, un cruce de miradas es mucho más que suficiente. Te das por satisfecho con que de se cuenta de tu existencia, por que nunca podrás tener nada más, absolutamente nada.
"Algo malo debe tener, alguna cosa asquerosa... su sonrisa de..." Eso precisamente, su sonrisa: perfecta. Los intereses perfectos. El porte perfecto. La ropa perfecta. La vida perfecta.
"Es que es como si me gustara Noel, el de Sin Bandera" "No, no es igual... por que a él sí lo tienes cerca". Aunque en el fondo sepas que simplemente es una fantasía, es un poco de ambrosía que te alimenta día a día. Son como esas cosas que imaginas cuando eres niño: la persona perfecta con la que formarás la familia más feliz del universo... Y luego caes de vuelta a la realidad.
Y no es que lo que tengas no te satisfaga, pero no importa qué tan bien esté tu vida, siempre hay algo más qué desear...
Tuesday, August 15, 2006
No te enamores del amor
Enamórate de alguien que te ame, que te espere,
que te comprenda aún en la locura;
de alguien que te ayude, que te guíe,
que sea tu apoyo, tu esperanza, tu todo.
Enamórate de alguien que no te traicione,
que sea fiel, que sueñe contigo, que sólo piense en ti,
en tu rostro, en tu delicadeza, en tu espíritu
y no en tu cuerpo o en tus bienes.
Enamórate de alguien que te espere hasta el final,
de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.
Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti,
que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario,
que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a tí después de las peleas,
después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti,
que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones.
Enamórate de alguien que te ame
No te enamores del amor, enamórate de alguien que este enamorado de tí.
Enamórate de alguien que te ame, que te espere,
que te comprenda aún en la locura;
de alguien que te ayude, que te guíe,
que sea tu apoyo, tu esperanza, tu todo.
Enamórate de alguien que no te traicione,
que sea fiel, que sueñe contigo, que sólo piense en ti,
en tu rostro, en tu delicadeza, en tu espíritu
y no en tu cuerpo o en tus bienes.
Enamórate de alguien que te espere hasta el final,
de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.
Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti,
que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario,
que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a tí después de las peleas,
después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti,
que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones.
Enamórate de alguien que te ame
No te enamores del amor, enamórate de alguien que este enamorado de tí.
Saturday, August 12, 2006
Despacio comienzo en tu boca...
¿Cuántas veces no estamos cien por ciento seguros de eso que acabamos de escuchar? Y es que no siempre podemos saber qué es exactamente lo que la otra persona quiso decir. No me refiero a esas veces en las que el profe parece que habla chino mandarín, sino a esos instántes en los que estás con ese alguien que parece decir una cosa y realmente quiso decir otra. O más bien cuando nosotros queremos creer que dijo algo y realmente no fue así.
Y sí, nuestra escucha está condicionada por nuestras emociones y nuestros deseos... la pregunta es ¿tendrán un límite que nos permita mantenernos dentro de la realidad? Parece que no... o al menos eso creo. Ahí es donde entra la confusión emocional en la que parece que a veces sí, a veces no, a veces tal vez, quién sabe.
Lo peor sucede cuando no eres dueño de tus palabras y dices cosas que tal vez quieres decir, pero no debes, o las has guardado por mucho tiempo. Y de pronto cuando las sueltas tu interlocutor no sabe qué responder. Quisiera que de verdad fuera sólo una broma, pero tu actitud dice otra cosa. Y entonces los problemas existenciales se hacen aún mayores.
Todo en la comunicación se trata de interpretar signos y señales. Las palabras no son la base del proceso, sino más bien el acompañamiento. Mucho más de lo que te imaginas se basa en tu expresión corporal, por más que intentes no puedes ocultar tus verdaderas emociones. La clave está en saber leer esas señales sin dejar intervenir a las tuyas propias, sino leerlas tal y como son, como se presentan. ¿Difícil? Tal vez un poco.
No estoy segura de haber escrito algo coherente, pero espero que cumpla el objetivo. Dilo, así como es, no intentes engañar por que te delatas sin darte cuenta.
¿Cuántas veces no estamos cien por ciento seguros de eso que acabamos de escuchar? Y es que no siempre podemos saber qué es exactamente lo que la otra persona quiso decir. No me refiero a esas veces en las que el profe parece que habla chino mandarín, sino a esos instántes en los que estás con ese alguien que parece decir una cosa y realmente quiso decir otra. O más bien cuando nosotros queremos creer que dijo algo y realmente no fue así.
Y sí, nuestra escucha está condicionada por nuestras emociones y nuestros deseos... la pregunta es ¿tendrán un límite que nos permita mantenernos dentro de la realidad? Parece que no... o al menos eso creo. Ahí es donde entra la confusión emocional en la que parece que a veces sí, a veces no, a veces tal vez, quién sabe.
Lo peor sucede cuando no eres dueño de tus palabras y dices cosas que tal vez quieres decir, pero no debes, o las has guardado por mucho tiempo. Y de pronto cuando las sueltas tu interlocutor no sabe qué responder. Quisiera que de verdad fuera sólo una broma, pero tu actitud dice otra cosa. Y entonces los problemas existenciales se hacen aún mayores.
Todo en la comunicación se trata de interpretar signos y señales. Las palabras no son la base del proceso, sino más bien el acompañamiento. Mucho más de lo que te imaginas se basa en tu expresión corporal, por más que intentes no puedes ocultar tus verdaderas emociones. La clave está en saber leer esas señales sin dejar intervenir a las tuyas propias, sino leerlas tal y como son, como se presentan. ¿Difícil? Tal vez un poco.
No estoy segura de haber escrito algo coherente, pero espero que cumpla el objetivo. Dilo, así como es, no intentes engañar por que te delatas sin darte cuenta.